19 Abril, 2017
Absurdamente globales
Una chaqueta en un H&M de Dublín, un suvenir low cost que vino de Oriente cerca de la Torre Eiffel, subir a la última planta de Zara en la Quinta Avenida de Nueva York por algo tan extraño como ‘pisar’ suelo español, comer un Big Mac entre góndolas venecianas o descubrir como Jimmy McNulty, uno de los protas de The Wire, tiene los mismos problemas que nosotros para montar a sus hijos una litera de IKEA, aunque él la comprara en Baltimore y nosotros en Alcorcón… Analogías seriéfilas aparte, nuestras ciudades han vivido una mutación que deriva en una corriente...